Los huevecillos de Cactoblastis
cactorum
La hembra inicia la oviposición un día después
de copular. El número, el tamaño y la forma de los huevos
varía entre un grupo de insectos y otros. En el caso de Cactoblastis
una hembra deposita hasta 120 huevecillos, cada huevo tiene una forma
cilíndrica y aplanada, mide aproximadamente 0.9 milímetros
de ancho y 0.4 milímetros de largo. Los desoves se parecen a las
espinas del nopal, las imita en forma exótica y esta es una habilidad
que le permite una apariencia para confundirse, este camuflaje le sirve
para engañar a los depredadores, que son los enemigos naturales
en su lugar de origen.
Los huevos son tan pequeños que es difícil
creer que puedan contener las larvas vivas que se han desarrollado durante
30 días en la primera generación y 60 días en la
segunda generación.
La hembra no es como otros insectos que defienden a sus
crías con la vida. No nutre a los huevos, tampoco los limpia, no
se asegura de que estén sanos y no hace nada para evitar el peligro
de alguna infección; simplemente se aleja después de ponerlos,
los deja ahí, para que incuben. No se queda cerca del bastón
de huevecillos para verlos nacer, cuidarlos o protegerlos de las hormigas
y chinches.
Los depredadores más importantes del Cactoblastis
cactorum son los parasitoides, una serie de distintas especies de pequeñas
avispas parásitas, porque se especializan en parasitar de insectos
a los huevos. Hay unas avispas que ponen sus huevos dentro de la larva
hospedera para cuando las pequeñas larvas carnívoras eclosionen
se alimenten de ella, cuando las larvas de la avispa están satisfechas,
hacen un túnel para salir de la larva. Las más importantes
son del género Trichogramma y Brachymeria. En Sudáfrica
hay menos avispas, ahí las enemigas más importantes son
las hormigas.
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Palomilla
poniendo los huevecillos en hilera. Hilera
de huevecillos que se confunde con una espina del nopal. |