En las regiones del mundo con grandes plantaciones de soya, como en Estados Unidos y Argentina, se ha encontrado presencia de secuencias GM en mieles. Dichas secuencias se derivan de la presencia de polen como un componente natural de la miel. Sin embargo ante la siembra de soya GM, el polen encontrado en dichas mieles es ahora polen GM de Glycine max. En México la superficie de soya cultivada en la Península de Yucatán se ha incrementado sustancialmente en los últimos años.Actualmente, y debido a la siembra de soya GM en Yucatán y Campeche de años anteriores, algunos importadores de mieles alemanes hallaron secuencias GM, como claramente lo expone Raezke en 2012, entre un 10 y un 13% en las mieles de la Península: cantidades suficientes para que hayan sido rechazadas por los importadores europeos. En el mes de febrero de 2012 la compañía Monsanto solicitó la siembra de 60 mil ha sólo en la península de Yucatán.El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) informó a inicios del mes de junio de este año, la emisión de un permiso de liberación comercial de soya genéticamente modificada para una superficie potencial de siembra de 253 mil 500 hectáreas en los estados de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz y Chiapas. Se trata de soya GMSOLUCIÓN FAENA® o RoundupReady(MON- Ø4Ø32-6). La consecuencia de esta siembra será la presencia altamente significativa de polen GM en el área, por lo que es muy probable que se puedan encontrar secuencias genéticamente modificadas de soya GMen las mieles del área y por ende sea rechazada en los mercados europeos que no aceptan niveles de polen GM por arriba del 0.9% en el polen residual en el producto final.
Los resultados que se espera obtener en la Fase I del proyecto probablemente presenten concentraciones muy bajas de secuencias GM debido a que hasta tiempos recientes se han autorizado liberaciones al medio ambiente en Yucatán, no así en el estado de Campeche donde ha habido liberaciones más antiguas. Hay dos asuntos importantes que atender en este caso. El primero es conocer la situación actual, es decir, la cantidad de polen GM actualmente presente en las mieles de la Península. El segundo es el monitoreo de las mieles a través de tiempo para conocer la evolución (incremento) de la presencia de polen GM en las mieles mexicanas, lo que se podrá obtener en una segunda fase de la investigación.
Para esto es necesario poner a punto una metodología para el monitoreo y para la detección (eventualmente también la identificación) de las secuencias GM que se hallen en las mieles en unfuturo cercano, debido a las autorizaciones que el gobierno de México ha concedido a las empresas transnacionales para la siembra de soya GM en la Península de Yucatán, la Huasteca y Chiapas.
El presente proyecto describe la estrategia metodológica que propone el laboratorio 312 de la Facultad de Química para primeramente conocer si existe o no la presencia de polen GM en 56 muestras de mieles; 47 del estado de Campeche, dos de Yucatán y una de Quintana Roo y 6 muestras de referencia, proporcionadas por la CONABIO, en una primera etapa. Esta primera fase propone instrumentar la metodología para extraer el ADN del polen hallado como componente residual de las mieles, lo que requiere de un equipo especializado para realizar la molienda con pequeñas perlas de vidrio para poder destruir la matriz natural de los granos de polen que resultan ser un material sumamente resistente. Una vez extraído el polen del ADN, éste debe prepararse y amplificarse para poder conocer si las secuencias presentes coinciden con las secuencias GM que son comúnmente encontradas en los OGMs comerciales. Para lograrlo se requiere conocer si además de la soya Solución Faena®, se manejan en la zona de la península otros cultivos GM, para poder solicitar la síntesis de sondas y cebadores, y realizar las reacciones de amplificación e identificación del ADN foráneo (transgénico). Para ordenar estos reactivos debe hacerse primeramente un diseño de las secuencias complementarias requeridas para identificar plenamente los genes buscados y debe solicitarse su síntesis en las empresas especializadas en cantidades estándar de 100 a 200 reacciones, lo que puede resultar excesivo para la fase I del proyecto. Sin embargo podrán ser utilizadas en la segunda fase, cuya metodología será sometida a evaluación posteriormente, lo que permitiría identificar plenamente el OGM en cuestión.
Los resultados permitirán conocer si en las muestras actuales de mieles existe o no la presencia de polen GM. Los niveles en los que se encuentren en un principio no serán cuantificados, puesto que el primer objetivo es conocer si existe o no esa presencia. Sin embargo la metodología, que utiliza la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real (también llamada PCR cuantitativa o qPCR) no sólo es sumamente sensible y logra detectar niveles muy bajos del ADN buscado, sino que puede ser fácilmente cuantificable, mediante la construcción de una curva estándar y la comparación de los resultados de la amplificación con los valores estándar de la curva y de la cuantificación de un gen interno de la especie a cuantificar, en este caso un gen interno de soya como especie. Así mismo se pretende conocer si el polen presente en las mieles proviene también de maíz (GM o no-GM), ya que es la otra fuente natural de polen proveniente de cultivos de los alrededores de los apiarios. Los ADNs extraídos serán manejados en grupos de muestras (pools) para hacer un uso más racional de los recursos que se obtengan para realizar este proyecto, pero hechos de tal forma que sea fácil regresar a analizar las muestras originales y verificar la presencia, y eventualmente la identificación del evento específico de transformación (transgénico) que de origen al ADN foráneo.
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