No es hasta 1978, ya establecida oficialmente la reserva, que un investigador
francés realiza el primer estudio formal sobre las aves del área, mismo que sirve
de base para el desarrollo de la ornitología de La Michilía. De ahí se inician y
consolidan los estudios sobre aves insectívoras, identificando la existencia de una
repartición de los recursos del bosque. En los años 80´s se inician los estudios de
comportamiento alimentario e interacciones de aves carroñeras, así como de la
ecología de otras rapaces por investigadores mexicanos y españoles. En 1987 se
inicia el estudio del cócono o guajolote silvestre (Meleagris gallopavo) el cual es
impulsado por el INECOL hasta la fecha, consolidando acciones de manejo,
aprovechamiento y conservación de la especie en el área de influencia de la
reserva, basándose en el instrumento legal denominado como UMAs (Unidades
para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida
Silvestre). En los años 90´s se estudió la situación de las poblaciones de los
búhos del área, enfatizando en el Búho Manchado Mexicano (Strix occidentalis),
por ser una especie amenazada que depende rigurosamente de la condición de
los bosques (NOM-059-SEMARNAT-2001).
A mediados de los 90´s, se propone que el área de influencia de la Reserva
deberá ampliarse más allá del Valle del Río El Mezquital, apoyándose en la existencia
de migraciones locales de pájaros insectívoros. Esta propuesta fue abrigada
como importante en el seno de la Comisión Nacional de Areas Naturales
Protegidas, por lo que la inclusión de esa área en la nueva poligonal será prioritaria,
así como el Cerro de Michis, la Sierra de Urica y el predio Las Margaritas,
entre otros. A fines de los 90's, se inicia la generación de la base de datos sobre
los registros históricos y colectas de aves de las Reservas de Durango, proceso que
requirió de un año adicional de observaciones en campo, finalizando así un listado
oficial, en el que se registran 225 especies de aves.
Este estudio avifaunístico surge como una inquietud de los autores desde 1986,
ya que vislumbraron la necesidad de recabar el conocimiento general de las
especies. En el se documentan todas las observaciones y datos de importancia de
las diferentes especies de ésta Área Natural Protegida. En 1998 CONABIO financio
el proyecto "Aves de las Reservas de la Biosfera de Durango: La Michilía y
Mapimí" (R-228), gracias al cual se elaboró una base de datos con información
recabada durante esos 15 años y de las capturas intensivas y colectas de 1998 a
1999 de las dos reservas de Durango (pieles depositadas en la Colección
Nacional de Aves del Instituto de Biología de la UNAM). Asimismo, durante este
periodo se tomaron fotografías para poder ilustrar la futura guía de aves de las
dos reservas y se adicionaron algunas proporcionadas por diversos estudiosos de
las aves (investigadores, estudiantes, etc.).
En el 2000 se inicia la elaboración de esta guía, la cual sintetiza muchos años de
trabajo y pretende ser un instrumento de primera mano para los estudiosos e
interesados en las aves, no sólo de La Michilía, sino también de gran parte de la
vertiente oriental de la Sierra Madre Occidental. Esta pretende ordenar y difundir
el conocimiento científico de las aves que habitan en el área y apoyar actividades
de educación ambiental y turísticas en la zona de influencia de la reserva, las
cuales en la actualidad ya han sido propuestas a la Comisión Nacional Forestal,
como una nueva alternativa de desarrollo para los habitantes de la región.
Asimismo, pretende ser un instrumento de utilidad en la toma de decisiones en
cuanto al manejo, conservación y aprovechamiento de estos recursos naturales. |