| Debido a la explotación petrolera intensiva de varias décadas, durante las cuales no existía una conciencia ambiental, hoy en día el Sureste Mexicano se encuentra con una serie de problemas ecológicos; entre ellos es la contaminación de alto grado en varios sitios; a veces alcanzado a cubrir casi en su totalidad varias hectáreas, resultando prácticamente una especie de desierto biológico en donde el crecimiento de especies vegetales es descriptible, al igual que las especies animales dependientes de ellas. Típicamente se encuentra en uno de estos una capa superior desde 15 cm. a un metro del suelo o sedimentos. En algunos de estos lugares se observa una recolonización con mangle blanco (Laguncularia racemosa) después de varios años, supuestamente debido a la capacidad de esta planta de establecerse en sedimentos anóxicos.
Relacionado a esta problemática está la depredación no razonable de la madera de mangle, resultando en el empobrecimiento del ecosistema. En Tabasco y Campeche hemos observado la tala clandestina de mangle, así como la acopladura completa de selvas. La madera de manglar es muy apreciada en las comunidades rurales debido a su dureza y resistencia para cercas y construcciones tradicionales. También se ha evolucionado un mercado urbano para el carbón hecho de mangle debido a la alta generación de calor y a su lenta combustión. Estos fenómenos sociales han resultado en la extinción de manglar en esta región.
Como una posible solución en el deterioro del medio ambiente por la contaminación petrolera, así como extinción de ecosistemas de manglar, se propone la recuperación con mangle blanco de las áreas altamente impactadas por petróleo y su subsecuente manejo como agro silvo-ecosistema. Además de reforestar áreas que actualmente son casi exentas de vida, esta propuesta tiene el beneficio de aprovechar un recurso natural tradicional de la zona ( madera de mangle) de una manera razonable y sustentable. El manejo adecuado de este recurso tendría el beneficio de reducir la depredación de selvas de manglar naturales y además proporcionará hábitats nuevos para la fauna característica de este ecosistema único. Cabe mencionar que se obtendría un beneficio económico para las comunidades afectadas, así que convertiría campo deteriorado por contaminación petrolera en plantaciones de sivicultura.
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