En México, los sistemas agrícolas tradicionales están caracterizados por ser unidades de producción de pequeña escala y agrobiodiversos (un ejemplo es la milpa tradicional). La agrobiodiversidad en estos sistemas está asociada con el mantenimiento de alimentos nutritivos, conocimientos tradicionales, flujos genéticos, procesos evolutivos, sistemas de producción resilientes y valores de opción futuros. Lo que contribuye a la seguridad alimentaria a nivel local, regional y global y representa un recurso fundamental en la adaptación de cultivares al cambio climático. Sin embargo, la agrobiodiversidad a diferentes escalas enfrenta condiciones socioeconómicas y ambientales que ponen en riesgo a los sistemas productivos que la reguardan.
Ante este panorama es importante implementar diferentes estrategias de conservación in situ y ex situ. En particular, la conservación in situ es fundamental debido a los procesos evolutivos que se desarrollan y que permiten adaptarse a nuevas condiciones ambientales.
En este contexto, la Dirección General de Corredores Biológicos (DGCB) de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) desde el 2008 implementa una estrategia de conservación del capital natural y mitigación y adaptación al cambio climático que al mismo tiempo busca empoderar e incrementar el bienestar de las comunidades locales a través de sistemas agropecuarios y agroforestales. Enmarcada en esta estrategia se encuentra actualmente la promoción de proyectos que lleven a la conservación in situ de la agrobiodiversidad en diversos sistemas productivos en Chiapas.
El objetivo general de este proyecto es conocer la valoración de la agrobiodiversidad de las pequeñas unidades de producción familiar en los corredores biológicos de Chiapas para generar un mecanismo de conservación in situ y con ello contribuir al empoderamiento y mejoramiento de las comunidades locales ante los diferentes retos que enfrentan como el cambio climático. Además, de establecer las bases de una estrategia más amplia de conservación de los recursos genéticos vegetales in situ en zonas agrobiodiversas del país y con esto abonar a las metas de Aichi. |