La transformación del hábitat del jaguar en áreas de ocupación humana ha puesto en creciente interacción a este carnívoro con el ser humano. Esto ha resultado en problemas como la depredación de animales domésticos y la consecuente matanza del felino. Para atender la pérdida de las poblaciones del jaguar, numerosas acciones han sido desplegadas por los sectores público, académico y conservacionista. La cacería del jaguar está prohibida hoy en México. El gobierno federal ha decretado áreas naturales protegidas, como la Reserva de la Biosfera Calakmul, que son clave para la existencia de poblaciones viables de este carnívoro. Organizaciones de la sociedad civil trabajan con la gente que vive cerca del bosque para disminuir los enfrentamientos. La academia lleva a cabo el monitoreo de las poblaciones y el estudio del comportamiento del jaguar para informar las decisiones sobre su manejo.
Tres de las acciones que se consideran clave para la conservación del jaguar son:
(a) Incrementar la conectividad de su hábitat por medio de corredores biológicos que aumenten el hábitat bajo protección.
(b) Coordinar actividades de conservación para asegurar que la escasa inversión en este tema esté bien dirigida y haya sinergias entre los expertos de la conservación.
(c) Comunicar y difundir en la población rural cómo evitar el conflicto jaguar - ganado para evitar enfrentamientos y en la población urbana la valoración del jaguar que impulse la conservación de su hábitat.
El proyecto "Protección de extensiones forestales para la conservación del jaguar en la zona de Calakmul, mediante acciones de conectividad, coordinación y comunicación" contempla actividades clave en estos tres ejes para apoyar al incremento de las poblaciones en México, país conocido como la tierra del jaguar. |